Si no puedes ir al gimnasio, el gimnasio puede ir a ti

Después de las aerolíneas y todo lo relacionado con los viajes, otro de los segmentos que inmediatamente resintió los efectos de la crisis del coronavirus fue el de los gimnasios.
Hernán Martínez, Adrián De la Garza, Mauricio Ayala y Santiago Canales tienen poco tiempo como socios. Su empresa, Spin It, abrió un primer indoor cycling studio a finales de 2018, en San Jerónimo. Unos meses después abrirían un segundo gimnasio, ahora en Cumbres.
Martínez, de 23 años, explica que arrancaron muy bien. A los clientes les gustaba el esquema, y con precios muy competitivos, rápidamente fueron posicionándose.
Pero el pasado 13 de marzo se frenaron en seco. La contingencia de salud los obligó — junto con otros gimnasios y negocios similares — a cerrar sus puertas.
"Al principio no entendíamos bien que iba a pasar" dice De la Garza. "Pensamos en la gente que trabaja con nosotros, en cómo le haríamos para pagar la renta de los locales".
Para mantener la marca vigente, primero trataron de hacer sesiones de entrenamiento a distancia, para clientes y no clientes, utilizando Instagram. Rápidamente se dieron cuenta que no funcionaba bien, por la sencilla razón que la gran mayoría de la gente no tenía en su casa una bicicleta estacionaria — y menos una que funcionara para una sesión de spinning.
La solución fue rentar sus propios equipos. Pusieron a disposición de sus clientes las 80 bicicletas que tenían en sus gimnasios, a un precio de $2,950 pesos mensuales de renta, incluyendo los zapatos y las pesas necesarias para un entrenamiento.
Para su sorpresa, en un solo día las rentaron todas; hoy tienen una lista de espera con más de 100 personas, a quienes los emprendedores pronto podrán estar atendiendo.
Empezaron, explica De la Garza, con clases que los entrenadores graban en Instagram Live, cada uno en su propia casa y sin mucha producción. Al ver que sí hay demanda por un servicio de esta naturaleza, ahora comienzan ya a invertir en entrenamientos filmados con cámaras profesionales, iluminación, y equipos de grabación de sonido de alta calidad.
"Queremos que el cliente sienta que está en nuestro local", añade.
Los emprendedores encontraron una solución que, si bien no compensa por completo el cierre de su operación cotidiana, sí les permite sortear un momento especialmente complejo para las pequeñas empresas. El coronavirus parece que no será fatal en su caso.