¿Qué sigue para Lamosa?
130 años después de haber sido fundada, es la número uno en México y la dos a nivel global. Un repaso por su historia - y por la industria de recubrimientos en nuestro país
En julio de 2007, Lamosa compró a Porcelanite. Ésta era una empresa de Grupo Carso, fabricante de loseta cerámica, y que en 2006 había vendido $3 mil 900 millones de pesos.
Fue un punto de inflexión para Lamosa — que en aquel momento tenía ya más de 110 años. En 2006 sus ventas totales habían sido de $4 mil 200 millones; con Porcelanite estaría duplicando el tamaño de su negocio de pisos. Era una transacción de $800 millones de dólares, que había que financiar con deuda y una emisión de capital, pero que terminaría por convertir a la regia en la indiscutible líder en nuestro país.
Para el equipo directivo, era el momento de acelerar — y fuertemente. Veían un panorama que cambiaba gracias a que la construcción de vivienda en México se había disparado desde el comienzo del nuevo milenio; la demanda por sus productos — pisos y adhesivos — no dejaba de crecer. Querían además expandir sus negocios fuera de México (en aquel momento representaban alrededor del 15%, y estaban más bien limitados a sus líneas de sanitarios).
La crisis de 2008 puso todo esto en juego. Aún así, ese año lograron ventas de casi $8 mil 500 millones de pesos — y terminarían por crecer Lamosa a una empresa que en 2021 superó los $27 mil millones de pesos de ingresos.
A veces es fácil perder de vista que México es un país en donde millones de personas viven todavía en casas con piso de tierra.
En las últimas décadas las condiciones en el país han mejorado de forma dramática, pero aún queda mucho camino por recorrer. En 1980, solamente el 26% de las viviendas tenían algún tipo de piso, alfombra, madera, u otros acabados — en el 74% de las viviendas la superficie era de tierra, o a lo mucho, cemento. Cuarenta años después, el porcentaje de casas con algún recubrimiento en su superficie es ahora del 43%, pero el 57% de los hogares en el país todavía necesitan mejorar su construcción.
No es solamente un tema de casas construidas con materiales inadecuados (casi el 25% de los mexicanos viven en este tipo de condiciones), sino también que en cerca del 10% de los hogares existe algún tipo de ‘sobrepoblación’. Todo esto, combinado con la edad de la población, el aumento en las remesas y el acceso al crédito, genera condiciones muy interesantes para una empresa cuyos productos están directamente relacionados con el crecimiento de la vivienda.
En otros países, las condiciones climatológicas favorecen otro tipo de revestimientos (como madera o alfombras). En México, más del 90% busca revestimientos cerámicos, y con el explosivo crecimiento de las facilidades de crédito para remodelar los hogares, la demanda de piso pasa por su mejor momento (el crédito para remodelaciones pasó de $2 mil millones de pesos en 2005, a casi $30 mil millones de pesos en 2021).
Lamosa nació en 1890 como una fábrica de ladrillos. Los primeros dueños habrían sido inversionistas de EUA, pero con la Gran Depresión, en 1929 tomaron la decisión de vender la empresa: los nuevos dueños serían Bernardo Elosúa y Viviano Valdés, cuyos descendientes siguen hoy controlando cerca del 53% del capital social.
En 1933 comienzan entonces a producir azulejos y pisos, y en 1951 se convierten en una de las primeras empresas públicas en México, colocando sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores. A finales de los 50s incursionan en el negocio de adhesivos (nace la marca Crest), a principios de los 60s comienzan a producir muebles para baño y en los 80s apuestan por negocios inmobiliarios (incluyendo el desarrollo de centros comerciales).
En los últimos dos años, las ventas de Lamosa aumentaron más de 50%. Como hoy es bien sabido, la pandemia desató una fiebre por las remodelaciones y mejoras a los hogares y esto se tradujo rápidamente en una mayor demanda por sus productos.
Pero esto no fue lo único que tuvo un impacto en sus resultados. Al igual que quince años antes, el equipo directivo creyó que era buen momento para crecer comprando — y otra vez, aprovechar para expandirse a otros países.
Después de haber vendido su división de muebles de baño (en 2015), Lamosa comenzó a comprar empresas fuera de México. En 2016 invirtió $230 millones de dólares para adquirir a Cerámica San Lorenzo, una productora de pisos cerámicos con operaciones en Perú, Colombia, Chile y Argentina. En 2020 — ya entrada la pandemia — se convierte en el segundo jugador más grande de Colombia tras quedarse con Eurocerámica, en una transacción de $33 millones de dólares.
Y entonces viene otra operación muy significativa. En 2021 compran, por $260 millones de dólares, a Grupo Roca. Roca es una empresa muy bien posicionada, con fuerte presencia en España, en Brasil y en EUA. Con esto, Lamosa ya no sería solamente la empresa líder en México — se volvió también el segundo productor de pisos más grande, a nivel global.
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to Whitepaper.mx to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.