Parece que nadie quiere invertir. Cinépolis piensa lo contrario
Junto con restaurantes, aerolíneas y hoteles, las cadenas de cine han sido de las principales afectadas en estos últimos meses. La industria en sí ya enfrentaba retos desde antes de la llegada de la pandemia, y con el cierre de sus salas, la situación se complicó rápidamente.
AMC, la cadena más grande en los Estados Unidos anunció a sus accionistas hace unos días que está cerca de la quiebra. Cinemex, la segunda cadena más grande en México cerró sus 41 salas en EUA y tuvo que despedir a casi 2 mil 500 empleados. Debe $114 millones de dólares por esa operación, según lo que publicó El Norte el pasado 18 de mayo.
Ante este contexto es especialmente notoria la postura del equipo de la primera cadena mexicana, Cinépolis. Apenas unos días antes de la noticia de Cinemex, Cinemark – la tercera cadena más grande en los Estados Unidos - notificó oficialmente que Cinépolis había adquirido el 2.4% de su empresa. Además, la familia detrás de Cinépolis y varios ejecutivos de esa empresa, en lo individual, se quedaron con otro 6.1% de Cinemark.
No sabemos cuáles fueron las condiciones específicas de la transacción, pero el día en que la anunciaron, la acción de Cinemark cerró a $13.7 dólares por acción: si pagaron ese precio, habrían tenido que invertirle unos $130 millones de dólares.
El negocio lo conoce bien la familia. Las acciones de Cinemark en ese momento valían menos de la mitad de lo que llegaron a valer apenas unas semanas antes – a mediados de febrero cotizaban arriba de $32 dólares – y a diferencia de cadenas más grandes, como AMC, Cinemark es una empresa con un menor nivel de endeudamientos y con márgenes bastante respetables dentro de la industria.
Poco más de un mes después, las acciones valen más de $18 dólares. Hoy 9 de junio, Cinemark tiene un market cap de $2.1 billones de dólares, con lo que la participación de los Ramírez debe valer más de $180 millones de dólares – lo que representaría una ganancia de $44 millones de dólares en unas semanas. Nada más entre los tres hermanos Ramírez Villalón, podrían haber tenido una ganancia de más de $13 millones de dólares.
Es poco probable que hayan invertido para especular. Su propia cadena es ya la cuarta más grande del mundo, y la participación que tienen ahora en Cinemark – que parece ser que compraron a muy buen precio – les pone en una buena situación para explorar opciones estratégicas. Según información en su página oficial, Cinépolis tiene 6,629 salas, ubicadas en 17 países y cerca de 44 mil empleados. La empresa es privada, y por lo tanto no reporta sus ventas, pero estimamos que el año pasado debieron haber superado los $2 mil 500 millones de dólares. Cinemark, por su lado, tiene 6,130 salas – 4,645 en EUA – y en 2019 generó ingresos de $3 mil 280 millones de dólares.
¿Qué sigue?