Al final de este artículo incluimos una versión resumida, en audio.
Sí sorprende ver la cantidad de clientes que salen de El Palacio de Hierro cargando las gigantescas bolsas amarillas. Siendo una tienda especializada en marcas de lujo, más de uno se pregunta ¿en qué momento se convirtió México en un país en el que hay tantas personas comprando productos tan caros?
A lo largo de las últimas décadas, El Palacio ha demostrado que en este país hay oportunidad de hacer negocio vendiendo botas Jimmy Choo de $28,000 pesos, maletas Rimowa de $35,000 pesos o brazaletes Tiffany de $140,000 pesos.
Especialistas en retail que hablaron con Whitepaper coincidieron que El Palacio es prácticamente un monopolio en el lujo, al menos desde la perspectiva de las marcas. Para quienes quieren vender tenis de $600 dólares, el mercado mexicano es minúsculo. Pero para estas marcas, la plataforma que ha construido El Palacio se ha convertido en un canal que sí puede resultarles viable (así sea en una escala no muy grande).
Al menos en el mediano plazo, no parece que el pastel de compradores de lujo en México vaya a crecer tanto. Saks Fifth Avenue llegó a México en 2006 y cerró unos cuantos años después, lo cual parece validar que no hay mucho espacio para más de un jugador en la categoría. Un monopolio parece ser el único modelo sostenible para una empresa como El Palacio. La fórmula que hace que esto sea posible es muy particular y depende de un delicado equilibrio entre promociones, acceso a crédito y un posicionamiento único. ¿Cómo funciona el negocio de El Palacio?
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