La venta de Banamex
Quedan dos posibles compradores. ¿Cuál será su estrategia para regresarlo a ser un banco que crezca y que mejore su rentabilidad?
En 2001, el NY Times destacan las similitudes entre la vida de Roberto Hernández y Sandy Weill. El primero, habiendo crecido en una granja familiar en Veracruz, comenzó vendiendo frutas en la calle y terminó convirtiéndose en uno de los principales financieros en el país. El segundo, hijo de inmigrantes polacos, estaba en aquella época construyendo el que llegaría a ser el banco más grande en EUA.
Diez años antes, Hernández había encabezado un grupo de inversionistas para aprovechar la privatización de los bancos en México y quedarse con el control de Banamex; habrían pagado $4 mil 610 millones de dólares por el 70% del banco.
Ahora era el turno de Weill: en un acuerdo de $12 mil 500 millones de dólares, Citigroup, el banco que él encabezaba, se convertiría en el nuevo dueño de Banamex.
Para los bancos, la llegada del nuevo siglo significaba también el comienzo de la era de los ‘Megabanks’. A través de grandes adquisiciones, los bancos querían convertirse en empresas capaces de ofrecer todos los productos posibles a todos los clientes — ya no bastaba ser el banquero de las empresas; ahora había que ofrecer también tarjetas de crédito, seguros e hipotecas. A Sandy Weill se le atribuye haber sido uno de los principales promotores de este modelo. Citigroup compró a Travelers, JP Morgan a Chase.
¿Y por qué no exportar sus marcas y modelos de negocio? Para los grandes — una lista que incluía a BBVA, HSBC y el propio Citigroup, entre otros — acelera también un proceso de expansión internacional. Un mundo y una economía globalizada necesitarían bancos globales.
Banamex rápidamente se convirtió en un negocio especialmente importante para el banco de EUA. En 2005 aportó el 10% de los ingresos totales del grupo financiero; su negocio de tarjeta de crédito en nuestro país crecía 50% en clientes y en ingresos.
Menos visible era que, en un entorno cada vez más competido, Banamex perdía participación de mercado en México. Al momento de la compra, habría tenido poco más del 22% de la cartera total de crédito comercial. Para 2007 esa cifra sería más bien cercana al 17%.
Viene entonces la crisis en EUA y con ella, mucho mayor regulación a las instituciones financieras. Este momento marcaría el comienzo del fin de la era de los Megabancos.
Luego estalla el escándalo de Oceanografía. En febrero de 2014, el CEO de Citigroup reconoció que ejecutivos de Banamex se habían coludido con empleados de Oceanografía, un gigantesco proveedor de PEMEX, para falsificar facturas que posteriormente descontaban en el programa de factoraje que el banco tenía con la empresa.
“Citigroup thought it had lent Oceanografia, a Mexican oil-services firm, $585 million to cover any shortfalls while it waited for the state oil company Pemex to pay some bills. It turns out, however, that a person or persons at Oceanografia falsified a whole swath of invoices to make it look as if Pemex owed them money. Employees at Banamex, Citigroup’s Mexican subsidiary, signed off on them. Citigroup, with Pemex’s help, has now worked out that only $185 million of the invoices were valid”, explicó el NY Times.
No solamente le robaron robaron $400 millones de dólares al banco: dejaron a sus dueños asustados — y preocupados por las posibles repercusiones que este tipo de incidentes podrían llegar a tener en todo el grupo financiero.
“Citigroup officials have largely blamed recent problems at Banamex on a combination of bad luck and bad actors. But a closer look at Banamex’s lending business reveals potentially more systemic challenges: The bank has been placing large bets on a few risky corporate borrowers”.
Jane Fraser fue nombrada como la primera CEO de Citigroup en 2021. La ex consultora de McKinsey había sido la CEO de Citigroup para Latinoamérica entre 2015 y 2019. Conoció perfectamente bien a Banamex.
Menos de un año después de su nombramiento, anunció que Citigroup pondría a la venta Banamex. Con el objetivo de simplificar la empresa, explicó, buscaban salir de la banca de consumo en nuestro país. Dejó de hacerles sentido tener en México un banco de cuentas de nómina, de tarjetas de crédito y de préstamos para pequeñas y medianas empresas.
El año pasado, Banamex habría aportado alrededor del 6% de los ingresos totales del grupo financiero. Sigue siendo un banco enorme — uno de los más grandes en México — pero sí es también una realidad que ha cedido participación de mercado a sus competidores.
Banamex cerró el tercer trimestre con una cartera total de $561 mil millones de pesos — la cuarta más grande en nuestro país. Pero mientras que en los últimos cinco años BBVA y Santander crecieron sus carteras 36% y 31%, respectivamente, la de Banamex disminuyó 11%.
La evolución es aún más dramática cuando se analiza línea por línea. Dos ejemplos: en el tercer trimestre de 2017, su cartera de consumo era 80% mayor a la de Banorte, pero para 2022, es “apenas” 19% mayor. En lo que se refiere a la cartera comercial, en 2017 ésta era 130% superior a la de Banco del Bajío. Ahora está solamente a un 59% de distancia — en ese rubro en específico, Bajío está acercándosele mucho.
Sigue siendo el banco con más tarjetas de crédito en México. Sin considerar Coppel y Azteca, es el segundo banco con más sucursales (1,253) y también el segundo con mayor número de empleados (32 mil 800). Al tercer trimestre acumulaba ingresos totales superiores a los $77 mil millones de pesos, y un resultado neto de $17 mil 261 millones. Tienen salas en algunos aeropuertos. Tienen la preventa de los boletos de los conciertos más populares. Tienen una de las colecciones de arte más importantes en este país. Y claro, tienen una de las marcas de mayor valor que hay en México.
Tan pronto y se dio a conocer la intención de venderse, surgieron los interesados. Levantaron la mano algunos de los más grandes — Banorte, Inbursa, Santander — y también uno considerablemente más pequeño: Mifel. En algún momento, Ricardo Salinas Pliego dijo también estarlo considerando, aunque posteriormente señaló que prefería no participar. Grupo México, por su lado, apareció también como un posible comprador.
El julio, Santander presentó una oferta no vinculante que Citi no aceptó. El banco español salió de la contienda. Después, en octubre, Banorte emitió un comunicado bajándose del barco. “GFNorte reitera al público inversionista que continuará siguiendo las mejores prácticas corporativas en materia de gobierno corporativo y revelación de información”, señalaron. Unos días más tarde, Inbursa también dijo que estaba fuera.
Quedarían, por lo tanto, solamente dos.
Todo mundo ubica a Grupo México y a Germán Larrea — aunque pocos pueden realmente hablar de él. En un país en el que algunos de los principales empresarios mantienen un perfil muy bajo, el caso de Larrea es casi extremo. Muy, muy poco se sabe del empresario que, de acuerdo con Forbes, es la segunda persona más rica en México.
Su papá, Jorge Larrea, creció una constructora durante la presidencia de Miguel Alemán. De acuerdo con un antiguo artículo de la revista Expansión, las utilidades de la constructora las fue reinvirtiendo para comprar minas que el gobierno privatizaba, hasta que en el sexenio de Salinas de Gortari se hicieron de Compañía Minera de Cananea, en Sonora, en una transacción de $475 millones de dólares.
En 2021, Grupo México registró ventas de $14 mil 800 millones de dólares y un EBITDA de $8 mil 900 millones. La minería es por mucho su principal negocio, con el cobre representando prácticamente la mitad de los ingresos totales del grupo.
(Los otros negocios).
Entre los integrantes independientes de su consejo de administración, sobresalen nombres como Claudio X. González Laporte, Antonio Madero Bracho y Antonio del Valle Ruiz.
Vale la pena destacar que además de Grupo México, Larrea es también dueño de Cinemex. En ___ compró MM Cinemas y luego adquirió a Cinemex; las fusionó y creó la que es hoy la segunda cadena más grande de cines en nuestro país.
El consorcio formado por Grupo México Infraestructura y Acciona está a cargo de la elaboración del proyecto ejecutivo, la construcción de la vía férrea y el mantenimiento de esta por un periodo de cuatro años del Tramo 5 Sur (Playa del Carmen a Tulum) con una longitud de 67.6 km.
Mifel es el otro interesado en Banamex.
Mike Feldman llegó a México a principios del siglo pasado. En los años 50s, creó una financiera que terminaría siendo nacionalizada en la expropiación de la banca. Pero cuando comenzaron nuevamente a otorgarse licencias bancarias en México, fueron los primeros en recibir una. Así nace Mifel (un acrónimo de ‘Mike Feldman’) en 1993.
Encabezado por Daniel Becker, quien es también el presidente de la ABM, Mifel es un banco mediano que tiene su sede en CDMX. De acuerdo a la composición de su cartera, está muy enfocado en créditos a la mediana empresa (créditos de entre $10 y $250 millones de pesos), y destina también una porción importante a créditos a la vivienda. Básicamente no tiene un negocio de consumo.

Uno de los principales accionistas de Mifel es Advent, el fondo de inversión que ha participado en empresas como InverCap y Gayosso, y que recientemente invirtió también en Neoris. De acuerdo con algunos medios locales, la propuesta en la que ha estado trabajando el equipo de Mifel podría estar respaldada también por Apollo Global Management, el fondo soberano de Abu Dhabi, y varias familias mexicanas, incluyendo a quienes controlan Fibra Uno.
Sobra decir que se trataría de un plan sumamente ambicioso. Becker quiere pasar de dirigir una organización con menos de de 1,300 empleados, a una de casi 33 mil.
¿Por qué nadie más lo quiere?
Seguramente en todos los consejos de administración de los bancos de México — y en más de uno de los extranjeros — se habrá discutido si valía la pena participar. ¿Por qué no entrar en la contienda? Si todo esto hubiera sucedido el año pasado, quizás hubiéramos visto más jugadores ‘no tradicionales’ participando: no hubiera resultado extraño que alguien como SoftBank se involucrara, quizás incluso un Nubank.
Nadie duda que se trata de un activo con mucho valor.
Algunos probablemente se habrán descartado pensando en que no
the number of bidders has dwindled amid a set of conditions set by President Andres Manuel Lopez Obrador, including that the new owners refrain from carrying out mass firings.
SoftBank seguramente hubiera estado participando
La banca regresa a lo regional — simplificando estructuras
Qué se puede esperar si se lo queda Larrea.
CEO Jane Fraser has been trying to simplify the bank, concentrating on wealthy consumers and companies
The bank said Tuesday it would exit consumer, small-business and middle-market banking in Mexico, a business best known as Banamex. Citigroup said the change was part of its continuing “strategic refresh.”
Those businesses accounted for about $3.5 billion in revenue in the first nine months of 2021, Citigroup said, or about 6% of the bank’s total revenue in the period. Citigroup will be keeping its investment banking and institutional businesses in Mexico, as well as the private bank operations.
NY Times, 2001
Mr. Rubin, now vice chairman of Citigroup, took a call from Mexico, a new flame was burning. The call came from an ardent suitor -- Robert Hernández, chairman of Banamex -- and the deal was consummated in five weeks, less than it often takes to get a mortgage approved in the United States.
Notas
Larrea, who controls Grupo Mexico, a copper miner, has hired Grupo Aeromexico SAB Chairman Javier Arrigunaga as well as Pedro Aspe to advise him, the people said. Aspe served as Mexican finance minister when Banamex and other lenders were re-privatized in 1991 after being nationalized during a financial crisis a decade earlier.
Arrigunaga had led Citibanamex from 2010 until he stepped down in 2014 amid the fallout of allegations of $400 million in fraudulent loans to oil-services provider Oceanografia SA.
Citigroup’s largest branch network in the world is likely to draw bids of $7 billion to $8 billion, Bloomberg News reported last month. At that size, a sale of Banamex would be the second biggest bank deal of the year, behind Toronto-Dominion Bank’s $13.4 billion takeover of First Horizon Corp., according to Bloomberg Data.
At the beginning of the year, Citigroup said it would exit consumer, small-business and middle-market banking in Mexico as part of Chief Executive Officer Jane Fraser’s turnaround of the New York-based lender.
The company plans to continue offering services to large corporations and wealthy clients in Mexico even after the exit and is weighing a deal to buy Deutsche Bank AG’s Mexican bank license to help it do so, people familiar with the matter said in May.
Muy interesante el gap al comparar 'utilidad por empleado' entre bancos: $1.5M MXN por empleado (BBVA) vs $500K MXN por empleado (Citi). ¡Gran paper!
René, muy buen paper ¡