La pelea para llevarte los tacos a la casa
Convenios de exclusividad, planes de suscripción, análisis de data, personalización de las aplicaciones: un vistazo a las estrategias de las apps que quieren llevarte cada vez más cosas a la casa
Al final del artículo incluimos, en audio, una explicación complementaria de por qué consideramos que vale la pena entender lo que está pasando en este segmento.
En 2023, los usuarios de Uber Eats en todo el mundo gastaron más de $64,000 millones de dólares pidiendo comida a sus casas. Para ponerlo en contexto, una cifra así es superior a los ingresos anuales que registraron el año pasado empresas como American Express, Nvidia o ConocoPhilips.
Cuesta visualizar que el servicio de Uber Eats como tal tiene menos de 10 años de existir.
Motozintla, en Chiapas, tiene unos 27,000 habitantes y Ajijic, en Jalisco, no más de 11,500. En San Luis, Ciudad Valles cuenta con una población de 177,000 personas, mientras que en Matehuala hay 100,000 personas. En todas estas comunidades funciona ya Uber Eats.
De acuerdo con la propia empresa —y a lo que vemos en las plataformas que analizan el uso de apps— en este país hay más de 8 millones de personas que usan su app todos los meses.
El simple hecho de llevar comida preparada a domicilio siempre había existido. Uber Eats y Rappi se apalancaron de nuevas tecnologías (los smartphones y el acceso universal a internet), de los cambios de conducta (una nueva generación que prioriza inmediatez) y de la evolución de las ciudades (mayor densidad poblacional), para desarrollar una nueva versión de este servicio y con ello, prácticamente crear una industria.
Un dato que ayuda a dimensionar su impacto es el número de motos registradas para circular en las calles. En 2015, cuando esto apenas comenzaba, en México había algo así como 2.5 millones de motos registradas; para 2021 esta cifra estaba rozando los 6 millones.
El proceso de desarrollo de esta industria no ha sido sencillo, claro. Y la competencia entre estas 2 empresas ha sido —y es— feroz.
Por un lado, Uber Eats llega a México apenas unos años después de que Uber había comenzado a operar su servicio de rides. Eran todavía los años del Uber de Travis Kalanick, cuando lo único que había en la agenda era crecer, crecer y crecer. Bueno, y conquistar todo. Todo.
México ya les había llamado la atención. Nuestro país suele ser atractivo para empresas de EUA, pero por lo general pinta poco en sus resultados globales. Ford México es algo así como el 1.5% de las ventas totales de Ford a nivel global; Walmex —por mucho, el retailer más grande en el país— aportó el 8.2% de lo que Walmart reportó como ingresos el año pasado.
En el caso de Uber, rápidamente se habrían dado cuenta que no sería así. La empresa nunca ha detallado con cuánto contribuye México, pero de acuerdo con personas cercanas a la empresa, en el caso de rides podría ser una cifra cercana al 20% del gross merchandise value total de esta división —y considerando el costo de la mano de obra que hay en nuestro país, no es descabellado pensar que este porcentaje podría ser aún más significativo dentro de su EBITDA.
En la otra esquina está Rappi. Nació en Colombia en 2015, pero para diciembre de ese año ya estaba operando en México.
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