Google, Facebook, sin quererlo, facilitan la corrupción en México

Vivimos en un país plagado de corrupción. No es sorpresa para ninguno de nosotros. Todos sabemos que en todas las instancias de gobierno existen personas que aprovechan su posición para beneficiarse económicamente, y que también hay las personas y empresas dispuestas a trabajar con estos esquemas.
¿Y quién es el contrapeso a la corrupción? ¿Quién ayuda para que esto ya no suceda…o que al menos suceda en menor escala?
De entrada, hay otras instancias de gobierno que supuestamente vigilan y aplican sanciones. Pero todos sabemos que no funcionan. Es más, a veces son también parte del circuito de corrupción y de extorsión.
¿Entonces?
Bueno, pues habrá ciudadanos y quizás ciertas organizaciones que también quieran luchar contra la corrupción. Sí los hay. Pero encontrar, entender los detalles, documentarlos y construir los casos suele ser un trabajo que toma mucho tiempo, tedioso, complejo. A veces hasta peligroso. Por ello, los ciudadanos “comunes” pueden ser un buen complemento….pero no podemos dejar el rol de contrapeso exclusivamente en sus manos. ¿A cuántas personas conoces que están dispuestas a infiltrar de manera encubierta, por tres meses, una mafia que opere dentro de una entidad de gobierno?
¿Qué nos queda?
Lo que nos queda como verdadero contrapeso son los reporteros. Las personas que profesionalmente se dedican a investigar, a supervisar el trabajo de las autoridades, a preparar casos completos y en su momento a sacarlos a la luz pública, son y han sido, los reporteros.
¿Y dónde están los reporteros? Los reporteros trabajan para los medios de comunicación. Los medios de comunicación son quienes les pagan. Y dentro del mundo de los medios, ¿dónde están los reporteros que hacen investigación profunda, de más largo plazo? Quizás habrá algunos en TV, algunos en la radio, algunos en revistas….pero el medio por excelencia para este tipo de reporteros han sido los periódicos.
¿Y cómo les va hoy a los periódicos? Pues por lo general no están pasando por su mejor momento. Suelen tener menos — o mucho menos — suscriptores. Suelen tener menos — o mucho menos — anunciantes.
La mayoría de quienes somos responsables de presupuestos de mercadotecnia estamos priorizando los canales digitales. Google y Facebook, principalmente. Desde una perspectiva puramente de negocio, es lo que hace sentido. Es lo que puedes medir, es a donde están migrando los “ojos”, es más accesible, etc.
El daño colateral es que le quitamos anuncios a los periódicos. Y comienza el deterioro en esos medios. Van perdiendo ingresos, van perdiendo capacidad de crecer, van perdiendo capacidad de presionar.
Se hacen menos relevantes.
¿Las consecuencias? Una muy natural es que los únicos que terminan comprando anuncios (generándole ingresos a los periódicos) son las mismas autoridades. Y claro, con eso terminan comprando a dichos periódicos. Adiós independencia, adiós contrapeso.
¿Otra consecuencia? Debilitarse por completo. Terminar despareciendo.
Estudios recientes en EUA encontraron una relación directa entre el cierre de periódicos locales y el aumento en la corrupción o ineficiencias de las autoridades en las respectivas comunidades.
¿Cómo nos va a ir a nosotros? Si nuestros gobernantes tienen la tranquilidad de que no hay nadie vigilándolos, ¿cómo se van a comportar?
¿Soluciones? Apoyemos a los reporteros. Apoyemos a los buenos, a quienes sí están siendo un contrapeso, a quienes hacen un trabajo serio.
¿Será una buena inversión, en términos de ciudadanía, regresar al periódico?