El mundo de las criptomonedas no está en su mejor momento. ¿Qué puede hacer Bitso?
Historias de startups de México
Después de un par de años excepcionales, el ecosistema emprendedor se topó con un dramático cambio en el ambiente. Entre 2020 y 2021, un tsunami de inversiones impulsó las valuaciones de las startups a niveles estratosféricos, pero para principios de 2022 esta etapa había llegado a su fin. A partir de ese momento volvería a ser mucho más difícil tener acceso a este tipo de recursos.
Para jóvenes organizaciones que nacieron y crecieron acostumbradas a gastar desenfrenadamente, esto resultaría fatal.
Y si bien esto es una problemática que afecta a prácticamente todo el ecosistema emprendedor, las startups especializadas en el mundo de las criptomonedas la tienen aún más complicada. Más allá de la volatilidad natural de su segmento, una serie de fraudes y quiebras entre algunas de las entidades de mayor peso en esta industria escandalizaron a la opinión pública y alertaron a reguladores de la urgencia por una regulación más estricta.
No parece ser un buen momento para ser una startup de criptomonedas.
¿O sí?
Bitso fue creada en 2014. Fundada por Daniel Vogel, Ben Peters y Pablo González, desde CDMX, nació como una plataforma de intercambio de divisas digitales por monedas de diferentes países, cobrando una comisión por transacción.
En este sentido, sería relativamente similar a plataformas de intercambio de activos, como Nasdaq, el NYSE, la BMV o BIVA. En esos ejemplos, hay personas vendiendo acciones de empresas, y otras comprándolas. En la plataforma de Bitso hay quienes venden diferentes tipos de criptomonedas, y en el otro lado, quienes buscan adquirirlas.
Con el tiempo, el equipo fue desarrollando más servicios. Sus clientes podían comprar y vender cada vez más criptomonedas diferentes, guardarlas, invertirlas o usarlas como medio para hacer transferencias. También fueron creciendo: primero atendiendo a early adopters y entusiastas del mundo cripto, luego empresas y organizaciones que encontraban un uso estratégico en este tipo de activos y eventualmente inversionistas retail y al público en general, cuando éste comenzó a interesarse por las criptomonedas (principalmente Bitcoin).
En 2016 México había publicado una estrategia de inclusión financiera que describía regulaciones para las fintech — una especie de preview de lo que después se convirtió en la Ley Fintech. Esto generó más interés en este tipo de plataformas (y más confianza), por lo que ese año Bitso obtuvo una inversión de $2.5 millones de dólares de parte de varios inversionista (incluyendo a Monex y Cometa). Estimamos que en ese momento la valuación pudo haber sido cercana a los $10 millones de dólares.
No paraban de crecer — ni en usuarios, ni en transacciones, ni tampoco en inversiones. En octubre de 2019 recibieron otros $15 millones de dólares de inversión, $62 millones en diciembre de 2020, y en mayo de 2021, $250 millones de dólares. En esa última ronda se convirtieron en el segundo ‘unicornio’ en México: su valuación alcanzó los $2 mil 200 millones de dólares.
Les había tomado más de seis años llegar a su primer millón de usuarios, en 2020. Sin embargo, para septiembre de 2021 superaban los 3 millones, 4.5 millones para mayo de 2022 y actualmente tendrían más de 7 millones de clientes. Operan en México, Brasil, Colombia y Argentina.
“El mundo de las criptos del año pasado fue difícil”, reconoció Daniel Vogel, CEO de Bitso, en entrevista para Whitepaper. “Nosotros la verdad es que estamos muy comprometidos con seguir demostrando que las empresas que están adaptando altos estándares de seguridad, cumplimiento, transparencia, etcétera, pues son las compañías que realmente van a liderar en las criptomonedas”.
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