Este sería su quinto proyecto. Empezó tratando de vender joyería, luego helados, después chocolates y finalmente, había tenido un juice bar en una plaza comercial de Monterrey.
Ninguno había funcionado.
A Sylvia le daba un poco de vergüenza hablar de su quinto proyecto. ¿Qué pensaría todo mundo? Después de cuatro fracasos, seguramente la tacharían de soñ…
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