Breve historia de AHMSA (parte 1)
La que fuera la acerera más grande en México tiene meses sin operar. ¿Cómo llegó a esta situación?
A principios de julio, El País publicó que los fondos para revivir a Altos Hornos de México — más de $1,000 millones de dólares — podrían venir de la tribu Kickapoo.
“La tribu Kickapoo ha expresado su intención de participar en este proceso, debido a la importancia de AHMSA en el norte de México como fuente clave de empleo para el Estado y la región”, señalaba un comunicado emitido por Argentem Creek, el fondo que ostentaría ahora el control de la acerera.
De acuerdo con su página oficial, la tribu Kickapoo tiene dos negocios: un casino y hotel ubicado en Eagle Pass, y una tienda de conveniencia en esa misma ciudad fronteriza.
La historia de la que fuera la principal productora de acero en México — particularmente la historia de las últimas tres décadas — no deja de sorprender.
En marzo de 1990, Ernesto Zedillo — entonces encargado de la Secretaría de Programación y Presupuesto — dio a conocer que AHMSA y SICARTSA, dos acereras controladas por el gobierno, serían privatizadas.
Hylsa, IMSA y Villacero eran consideradas en ese momento como las compradoras “naturales” y en consecuencia, protagonizan las múltiples notas publicadas en la prensa durante los siguientes meses.
Pero en noviembre de 1991 apareció quien finalmente terminaría quedándose con Altos Hornos: Grupo Acerero del Norte, encabezado por Xavier Autrey y Alonso Ancira.
“…la asignación de AHMSA a los Autrey tomó por sorpresa a la industria acerera mexicana... Como que ya se veía muy hecha la asignación de la acería estatal al Grupo Alfa...”, señaló el periódico El Norte.
La familia Autrey tenía múltiples negocios, incluyendo una casa de bolsa y luego un banco (Inverlat). La joya de la corona era Casa Autrey, uno de los principales distribuidores de productos farmacéuticos en el país. Alonso Ancira, por su lado, venía de una familia de mineros de Coahuila.
El acuerdo con el gobierno federal habría contemplado un pago en efectivo por $145 millones de dólares, la absorción total de pasivos financieros y laborales, y el compromiso de invertir casi $500 millones de dólares en la empresa.
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